Por primera vez desde 2013, los proyectos de reforma de viviendas se reducen. En 2019 cayeron un 2,8 por ciento respecto al año anterior.

La construcción de vivienda nueva en Cantabria no remonta. Los datos que ha hecho públicos este lunes el Colegio de Arquitectos Técnicos de Cantabria reflejan que durante el año pasado se inició la construcción de algo más de 1.000 viviendas. Es una cifra ligeramente inferior a la de 2018, lo que según el Colegio, evidencia el estancamiento de la obra nueva de vivienda en la comunidad.

Pero también es llamativo el parón en la rehabilitación de viviendas. Por primera vez desde 2013, el número de obras de reforma cae respecto al año anterior en Cantabria.

El sector no remonta, según refleja la estadística oficial de los aparejadores. 2019 ha sido prácticamente calcado a 2018, con un total de 1.057 contratos para la ejecución material de viviendas nuevas, 27 menos que un año antes. Tan sólo el 30 por ciento de estas viviendas son unifamiliares, por lo que el resto proceden de promociones residenciales.

La cifra del año que acabamos de dejar atrás está muy lejos de la que registró Cantabria hace una década. Entonces, en pleno estallido ya de la burbuja inmobiliaria, se iniciaron en la comunidad las obras materiales de casi 2.500 viviendas.

Santander es el municipio donde más vivienda nueva se empezó a construir el año pasado, con algo más de 400. Le siguen Santa Cruz de Bezaya, Arnuero, Piélagos y Entrambasaguas.

Los datos de los Aparejadores también hacen referencia a las obras de rehabilitación de viviendas y edificios residenciales. Las cifras son algo más elevadas, con casi 1.400 proyectos, la mayoría para la reforma de cubiertas y fachadas.

En este ámbito, lo llamativo es que el sector de la rehabilitación también se frena, porque cae un 2,8 por ciento respecto al año anterior. Esto implica que, en 2019, la reforma de viviendas en Cantabria haya roto por primera vez la tendencia de crecimiento que se inició en el año 2013.