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REHABILITACIÓN DE FACHADAS: TODO LO QUE NECESITAS SABER

Las fachadas de los edificios son habitualmente uno de los elementos que más sufren de los mismos. Así pues, entre los motivos que empujan a los propietarios de una vivienda unifamiliar —o a una comunidad de vecinos— a abordar la rehabilitación de una fachada encontramos desde cuestiones estéticas hasta mejoras del aislamiento acústico o térmico, y, sobre todo, reparaciones de problemas estructurales. Es el caso, por ejemplo, de la presencia de grietas, fisuras o piezas con riesgo de desprendimiento. Si estás pensando en rehabilitar una fachada, queremos contarte todo lo que necesitas saber sobre sistemas, permisos y aspectos que influyen en el precio final de esta intervención.

Sistemas para la rehabilitación de fachadas

A la hora de acometer la rehabilitación de una fachada es imprescindible que esta sea evaluada por un profesional, es decir, por un arquitecto o un arquitecto técnico. Tras la evaluación, el profesional os indicará la solución más aconsejable para el tipo de fachada. Sin embargo, las cuatro alternativas más frecuentes son:

  • Rehabilitación de fachadas con enfoscado de cemento. El proceso consiste en recubrir la fachada con un mortero de cemento. Si bien este sistema tiene un coste inicial más bajo que el de las siguientes opciones, implicará a la larga un mayor mantenimiento. Además, no garantiza un ahorro posterior, ya que no cuenta con aislamiento térmico.
  • Rehabilitación de fachadas con mortero monocapa. Como su nombre indica, se trata de un revestimiento de fachada ejecutado con una sola capa de un mortero compuesto por cemento, aditivos, fibras y áridos. Pese a no mejorar el aislamiento exterior, sus características técnicas resultan interesantes y ofrece una amplia gama de texturas y colores.
  • Rehabilitación de fachadas con sistema SATE. Sus siglas responden a Sistema de Aislamiento Térmico Exterior y constituye una de las mejores alternativas por su buena relación calidad-precio. En resumen, se trata de revestir la fachada con planchas aislantes y de aplicar posteriormente un enfoscado protector y decorativo. Si quieres saber más sobre este tema, puedes leer nuestro post: Rehabilitación de fachadas: Sistema SATE.
  • Fachada ventilada. Es un procedimiento similar al anterior, si bien las planchas que se emplean acostumbran a ser de madera, metal, piedra o cerámica y no necesitan enfoscado posterior. Aunque es una de las opciones más caras, vale la pena porque garantiza un resultado correcto y duradero.

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Permisos necesarios para rehabilitar una fachada

Para rehabilitar una fachada es imprescindible contar con una serie de permisos. Lo primero que debemos hacer es presentar un proyecto de ejecución al ayuntamiento, el cual, al tratarse de una obra mayor, debe estar firmado por un arquitecto e incluir un estudio de la seguridad y la viabilidad. Más tarde, será necesario cumplimentar los impresos de solicitud de obra, debiendo aportarse una memoria explicativa de la intervención que se pretende ejecutar y un presupuesto firmado por la empresa que la llevará a cabo.

Finalmente, tendremos que pagar una serie de impuestos: la Tasa de Prestación de Servicios Urbanísticos, el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras y, si necesitamos ocupar algún sector de la vía pública con contenedores y andamios, la tasa que corresponda en función del tipo de vía.

Aspectos que influyen en el precio de una rehabilitación de fachada

Son muchos los elementos que condicionan el presupuesto final de una rehabilitación de fachada. Así, debemos de tener en cuenta sus metros cuadrados, el tipo de fachada y la antigüedad. De hecho, al ser un elemento que incide directamente en la estética urbana, algunas fachadas antiguas están protegidas por la legislación y requieren tratamientos específicos y, generalmente, más costosos. Para estos casos, lo mejor es recurrir a una empresa especializada en este tipo de intervenciones, pues estarán familiarizados con la legislación y sabrán discriminar rápidamente qué se puede hacer y qué no.

Otro aspecto que abaratará o encarecerá el coste final es el referente a los medios auxiliares empleados para la rehabilitación de la fachada, ya que resulta más costoso el empleo de andamios tradicionales —apoyados en el suelo— que otras alternativas, como los mecanismos con cuerdas y arneses, las plataformas motorizadas, etc. Lógicamente los medios auxiliares dependerán también de la complejidad de la intervención y del emplazamiento de la fachada.

Por supuesto, a ello hay que sumarle los gastos relativos al proyecto, la licencia y los impuestos. En este sentido, lo ideal es estar al tanto de los planes y ayudas municipales, autonómicos y estatales, pues, si podemos beneficiarnos de alguno de ellos, será el momento idóneo para acometer esta reforma.